Dice José Alejandro Vanegas Mejía, docente samario y como tal, comunicador innato. “Siempre resultarán insuficientes las notas elogiosas que se escriban sobre Guillermo Buitrago. Sería muestra de ingratitud no recordar al cantautor que revive en los hogares colombianos, por lo menos en la última semana de cada año”. (©Foto @agendasamaria)
@maestrowilli Se fue Guillermo Buitrago un 19 de abril de 1949 https://t.co/2GD3mZIlNp
— Agenda Samaria (@agendasamaria) April 20, 2023
“El mes de abril pertenece a Guillermo Buitrago” Así titula su columna, “Acotaciones de los viernes” enviada por correo electrónico a quienes se abonan en jose.vanegasmejia@yahoo.es
La republicamos acá para aumentar la resonancia de su legado musical; no vimos ningún medio nacional que hablara de Guillermo Buitrago en la fecha de este 19 de abril.
El Grupo del Café
La historia de esta columna es una muestra de la autonomía caribeña pues sus lectores iniciales fueron un grupo de pensionados como el autor que se reunían todos los días en el primer piso del almacen Exito de la carrera quinta. Ocupaban varias mesas en la cafetería del primer piso y algunos turistas, encontraban dificultad para conseguir puesto y descansar degustando el café. Los locales sabíamos que esas reuniones eran importantes, era su espacio. Allí estaba una de las tres sucursales de establecimiento Café del Parque, del Comité de cafeteros del magdalena con muestras del café de la Sierra Nevada y a precios justos, un atractivo turístico local que fuera desplazado como producto commodity por las marcas nacionales que hoy conocemos.
No solo se extraña el café sino al grupo en el cual los sucesos locales o mundiales eran desmenuzados y reinterpretados. Así circula la información que digerida localmente borraba cualquier sesgo de intención comunicativa. Ello explica el poco impacto que las noticias difundidas en grandes medios tienen en la opinión local. Se destacan sí, los autores que logran conectar con grupos como el descrito.
El mes de abril pertenece a Guillermo Buitrago
Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez nació en Ciénaga, Magdalena, el 1 de abril de 1920. Sus padres: Roberto Buitrago Muñoz, antioqueño, y Teresa Mercedes Henríquez, cienaguera. Como muchos cantantes de antaño y de ahora, el conocido ‘Jilguero de la Sierra Nevada’ nunca cursó estudios de música; y como la inmensa mayoría de esos autodidactas, Guillermo comenzó acompañando los sones que escuchaba con lo que tuviera a la mano: cajas de madera o de lata, implementos de cocina o simplemente silbando en solitario. La guitarra fue su compañera y con ella viajaba por los polvorientos pueblos del territorio costeño interpretando melodías inspiradas en escenas cotidianas de nuestros villorrios
Buitrago fue figura clave para la divulgación de la música en la antigua Provincia. El cantante se presentaba en emisoras regionales como Ecos del Córdoba, Radio Magdalena de Santa Marta y Emisora Atlántico, de Barranquilla. En 1940 había realizado una gira por la región central del Valle de Upar. Así conoció la riqueza musical de las comarcas. Cantó con diversos grupos y estuvo vinculado al vallenato con guitarra. Conformó el conjunto llamado ‘Buitrago y sus muchachos’, con Ángel Fontanilla como principal acompañante; dio a conocer los primeros paseos de Escalona, de Tobías Enrique Pumarejo, de Emiliano Zuleta Baquero y de otros importantes trovadores de su época.
Édgar Caballero Elías, conocedor de la vida y la obra del cantautor, dice en su libro “Guillermo Buitrago, cantor del pueblo para todos los tiempos”: “El hecho de que un humilde cantante provinciano, sorteando toda clase de dificultades, pudiera conquistar la simpatía de toda la región, en primera instancia, para luego meterse en el corazón de todo un país en tiempos en que no se disponía ni en sueños de las ventajas de que hoy gozan los artistas jóvenes, es no solo una hazaña, sino indicativo de que ese artista fue alguien totalmente fuera de serie, un cantautor y músico que dividió la historia de nuestra música”.
Las nuevas generaciones —sobre todo en el interior del país— tienden a confundir el nombre y las canciones de Buitrago con las de un cantante que surgió en la década de los 90 y se dio a conocer como “Buitraguito”. Este hecho, aunque no parece malintencionado, desvía en cierta manera el respeto y la admiración que el pueblo colombiano debe al precursor de la música vallenata tradicional. Pero, como dice un adagio popular, “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín”.
Cada vez son menos las personas que recuerdan las presentaciones radiales de Buitrago en las emisoras La Voz de Santa Marta y Radio Magdalena. En la memoria de esos ancianos permanece la imagen del cantante que, vestido de blanco, después de cada audición se apresuraba a tomar el tren de las 5:05 de la tarde para regresar a su Ciénaga natal. Era el mismo “tren-diablo” que ahora añoramos los costeños y en el cual Escalona ingresaba a Santa Marta para estudiar en el Liceo Celedón después de sus vacaciones.
Gracias, Maestro, por sus canciones propias y por las interpretadas con su estilo único e irrepetible. Gracias por ‘Arbolito de Navidad’, ‘Las mujeres a mí no me quieren’, ‘La piña madura’, ‘Compa’e Heliodoro’, ‘Dame tu mujer, José’, ‘Ron de Vinola’. En su voz se escucharon en la década de los 40 ‘El testamento’, de Escalona, ‘La víspera de Año Nuevo’, de Elías Enrique Pumarejo y ‘Qué criterio’ —conocida hoy mundialmente como ‘La gota fría’—, de Emiliano Zuleta Baquero.
Podríamos decir que abril es el mes de Buitrago, pues el cantante falleció el 19 de ese mes. Lástima que este valor tan destacado de la música colombiana haya fallecido a los veintinueve años, precisamente cuando se abría para él la posibilidad de conseguir importantes contratos internacionales. Siempre resultarán insuficientes las notas elogiosas que se escriban sobre Guillermo Buitrago. Sería muestra de ingratitud no recordar al cantautor que revive en los hogares colombianos, por lo menos en la última semana de cada año.
José Alejandro Vanegas Mejía
Colaborador habitual de varios medios locales y regionales
Estudios:
Bachiller del Liceo Celedón, Santa Marta
Licenciado en Idiomas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá
Magíster en Educación, Universidad del Valle, Cali
Especialista en Español y Literatura, Univ. de Pamplona – U. del Magdalena
Especialista en la Enseñanza del Francés, Universidad de Besançon (Francia).
Distinciones:
Primer puesto en Concurso Internacional de Cuento Clubes Rotarios de Argentina y Chile, año 2021.
Distinción ‘Profesores Ilustres’ otorgado por la Escuela Normal Superior San Pedro Alejandrino, 2022
Premio ‘Pescaíto Dorado’, 2022
Condecoración ‘El Buen Samario’, 2022
Condecoración ‘Gran Cruz de Bastidas’, 2022
Obras publicadas:
‘El comentario de textos’, ‘Cuentos desde la bahía’ (Colectivo), ‘Crónica de los cinco sentidos’ y ‘Espejos astillados de la memoria’.
Obras en preparación:
Novelas: ‘La Calle de las Piedras’ y ‘Cuando las puertas se cierran’.
Actualmente, profesor jubilado de la Universidad del Magdalena y del IED Laura Vicuña.
Otras actividades:
Miembro de la Asociación de Escritores del Magdalena.
Miembro del Taller de Escritura Gabriel García Márquez (T. E. G. G. M.)
Socio del Club de Leones de Santa Marta ‘Simón Bolívar’ desde 1982.