Lo que se muestra en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo es un reto al exhibir fotografía en la actual coyuntura de los museos. Pensamos que la lectura que debe dar la ciudad a las realizaciones exigen miradas especializadas y críticas a las montajes que realizan.
Los museos deben presentar “no solo información sino comunicar para producir conocimento” idea expresada por Gemma Carbó en reciente conferencia en el Banco de la República, también desentrañar el sentido de la inversión en cultura ante los nuevos retos desde la Unesco que incluye lo cultural como eje central del esquema actual para medir y proyectar el crecimiento sobre los intereses de la gente, tema del que habló Alberto Abello Vives en un revelador evento asociado a la apertura del restaurado Museo Tairona Casa de la Aduana.-sobre el mismo preparamos un informe, ya que la desaparición y posterior resurgimiento del Museo Etnográfico dan para un debate y discusión de largo aliento en la ciudad.-
Cómo están comunicados los museos con la ciudad y en qué manera aportan valor y sentido a la experiencia de la cultura en el siglo XXI.
Necesaria aclaración sobre el andar de un museo que se aproxima a los 30 años de actividad, que ha ejercido un liderazgo ejemplar en la generación de valor cultural en el caribe colombiano y es símbolo continental del legado histórico del libertador Simón Bolivar.
Su visión esencial como museo reune obras de artistas de las 5 naciones por el liberadas. Su proyección hacia el futuro es clave para definir el destino cultural de la ciudad.
Stephania Doria-Curadora del Museo
Beyond the headlines is a beautiful and vibrant Colombia https://t.co/gje3zNPVz9
— Agenda Samaria (@agendasamaria) 7 de agosto de 2017
La mirada de Agenda Samaria sobre la fotografía en los tiempos que corren
Hablar de fotografía en lenguaje museográfico en los tiempos que corren significa aportar sentido de una actividad que conforma el espectro más visible de la sociedad contemporánea. Es el reto del trabajo fotográfico de los protagonistas de la muestra que se abre este miércoles 29 de octubre a las 7:00 p.m en La Quinta de San Pedro Alejandrino.
El proceso fotográfico involucra necesariamente aspectos técnicos que comprometen una cadena de avances en tecnología de captura, archivo, procesamiento y traducción a un soporte físico para su visionado final. En el caso de una exhibición pública en un museo es importante el soporte de impresión, su enmarcación y criterio de montaje.
La suma de los anteriores factores se da por descontada, pero constituye la esencia de lo que se disfruta: el sentido de la comunicación que el autor desea transmitir; cuando el mensaje es fuerte tiene un lenguaje propio que define un estilo y la muestra denominada “No dar papaya” de Matthew O´Brien es un registro en instantáneas Polaroid, soporte que se volvió un lenguaje único que perpetúa un paso de la historia de la fotografía con su estética propia.
Una muestra paralela llamada ‘Prácticas de luz’ reune el trabajo de tres fotógrafos caribeños, dos samarios y uno cienaguero. La visión femenina de Julia Rosa Uribe un trabajo que viene decantándose desde hace varios años y que debe mostrarnos un estilo ya consolidado y en ese punto el trabajo de curaduría de la muestra tiene la palabra. La impresión sobre los retratos en gran formato de Julia nos revela un trabajo bien concebido en el momento de la toma y resulta clave para entender el proceso de atracción ejercido por México para artistas del mundo que encontraron allí un ambiente para seguir existiendo. Juan Bonilla Abelló, samario de sólida formación académica, lo conocimos como docente de la materia en la Universidad Sergio Arboleda es un obsesionado por el tradicional trabajo de laboratorio y la pulcritud del Blanco y Negro. Sus imágenes traen escenarios y reflexiones estéticas expresados en contundente trabajo sintetizado en B&N. Juan Bonilla es hijo de la actual directora del Museo Bolivariano, lo cual implica un compromiso mayor con la muestra que exhibe. Un montaje dificil porque combina tres géneros fotográficos unidos por el concepto del retrato que captura personas en su entorno. bajo esta premisa la exhibición de Juan Bonilla muestra lo afirmado inicialmente sobre el tratamiento impecable del blanco y negro y resume su mirada fotográfica describiendo personas en contextos culturales precisos Esteban Abdala Torres, el cienaguero muestra la curiosidad desbordada y las ganas de expresión en el medio fotográfico. Viene precedido de una interesante muestra en el sistema de bibliotecas públicas de Medellín. Su práctica de la actividad convierte a la cámara en una extensión de su cuerpo, al punto de comprometer su seguridad al portar la cámara al hombro, generalmente una Pentax K1000 con un lente casi soldado al cuerpo -de la cámara y al suyo propio- pero siempre lista para la toma. Los registros de Esteban, muestran ese desborde de una corriente imaginativa y que con una cámara se pretende perpetuar. Se destaca de su muestra que se percibe inicialmente como una saturación de color, probablemnte influido por la narrativa de su formación inicial de cine en Unimag pero que en la instalación es un gran collage que puede capturar la atención un buen rato, o que se puede ignorar y ver como conjunto. Cuando se trata de retrato, un toque que puede ser una sonrisa, un sombreo o un coral en la mano, se nota una estética de colores suaves, bajo contraste que retratan un caribe sutil y que él tiene el ojo para revelarlo.Prácticas de luz